Porque cuando estabas aquí nadie hablaba de ti con tanto cariño como te hubiera gustado y porque no importaba que estuvieras o no, no nos dabamos cuenta de lo importante que es cada una de las personas que nos rodea, y es entonces cuando la vida te da un golpe para hacerte pensar y de repente te arranca algo esencial en tu vida y lo hace para siempre. Y aprendemos, nos damos cuenta y recapacitamos, pero dura poco y , de nuevo caemos en el erros de enfadarnos por tonterías, de encerrarnos en nuestro propio mundo y de no apreciar a los que nos rodean y , de nuevo, actuá el destino. Dios, que duro es saber que tristemente es así y que, por muchos avisos que nos da la vida, al final, siempre pasa lo mismo.
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