Hay personas que piensan que pueden reconquistar a otras, hacer que su amor nazca de nuevo como la primera vez, sin embargo yo creo que eso no es posible, que si un amor sale de nuevo a la luz es porque aún estaba ahí, ese sentimiento seguía dentro del otro pero había caido en el olvido y ahora se recupera de ese rincón y se saca de nuevo al primer plano. A mi, por desgracia me pasa justo lo contrario, ese amor está ahí, fuera, en la superficie, pero he olvidado lo que es, he olvidado lo que sentía cuando me mirabas y ya no noto esa sensación de flotar en el aire cuando tus manos tocaban mi piel.

Y ¿para qué romper las fotos o quemar las cartas?, no sirve de nada, no es nada maduro y no nos ayuda, porque no podemos borrar nuestros recuerdos, ni romper nuestros sentimientos en mil pedazos, eso no hará que el dolor se vaya.

Y es duro, porque te pierdes en un millón de sin sentidos y es como si se te clavaran miles y miles de pequeños cristales en lo más profundo de tu corazón. Es como caminar descalza sobre un suelo de cristales en medio de un laberinto y, no saber cual de todos los caminos es el que te sacará de ese dolor. A veces es duro pensar que, la solución es la que menos queremos ver y la que nos dolerá profundamente y, entonces solo nos queda confiar en el poder del tiempo.


Ojalá me quisieras tan solo la mitad de lo que yo te quiero a ti, ojalá sintieras algo más, hicieras o dijeras algo que me hiciera confiar, pero, desgraciadamente la vida es la vida y no es como esas pelis en las que cuando los protagonistas se separan sabes que tarde o temprano volveran. Esto es la vida real y, en ella el amor, nunca,nunca, nunca,nunca vuelves.