lunes, 11 de julio de 2011

Tan diferente e iguales.

En el mundo existen millones de personas que piensan que solo conseguirán la auténtica felicidad cuando encuentren a su media naranja, y cuando dicen eso, no se refieren a alguien que les de amor, no, las personas creen por lo general que cuanto más parecido sea a ellas su pareja, menos discuciones tendrán y, por lo tanto más felices serán. Por suerte para mí yo hace ya algunos años conocí a un chico, guapo y simpático, si, eso era en primera instancia, pero, con el paso del tiempo se convirtió en ese chico que me sacaba los colores, en ese que hacía que me riera con solo mirarle, que me erizaba la piel con sus besos y que me hacía ponerme guapa solo para ir a tirar la basura. Y ese chico no era para nada el chico de mis sueños, pues en muchísimos aspectos chocamos por completo, tenemos ideas muy diferentes de muchas cosas importantes en al vida y no compartimos casi ninguna afición, pero lo cierto es que, a pesar de eso, yo lo miro y me rio, me rio porque soy feliz, feliz absolutamente feliz cuando me habla de sus móviles con términos tecnológicos que no entiendo o cuando se emociona porque queda con sus amigos para jugar al fútbol y si, es posible que a mi me gusten otro tipo de cosas, como salir de fiesta o ir de tiendas con mis amigas, pero, lo cierto es que, cuando estoy con él y a pesar de que muchas veces consigue sacarme de quisio soy realmente feliz.


Gracias A. por demostrarme que por muy diferentes que sean dos personas no hay nada, absolutamente nada que el amor no puedo superar.

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