Sería interesante parar a plantearnos cómo es que una película en unas pocas horas nos hace experimentar todas las emociones. Nos hacen amar y odiar a los personajes, nos forman opiniones y nos enseñan lecciones, algunas incluso mejores que la propia escuela. Las películas tienen el poder de hacernos viajar a través del tiempo y del espacio, nos hace llorar la pérdida de un personaje, nos hace incluso pensar como ellos, nos hace desear que todo le salga bien, crea un vínculo entre nosotros y ellos.
Sí, sería fascinante investigar cómo es una película capaz de conseguir todo esto, cómo podemos llorar la pérdida de un hombre, un perro o incluso un robot al que conocemos desde hace unas horas y como, por el contrario, muere un vecino de toda la vida con el que prácticamente no teníamos relación y no nos afecta.
Pero es ese el poder del cine, esa es la conocida magia del séptimo arte.
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